lunes, 25 de abril de 2011

Algo mejor.

Las expectativas no son malas, exigir(se) lleva al cambio, a mejorar. Lo malo es todo lo de las novelas, los cuentos, las aventuras y las películas que nos hemos metido en la cabeza antes de echar a andar. Lo de agarrarse a un clavo ardiendo, creer siendo ateas y esperar y esperar. Y lo de los amores clandestinos, lo de los imposibles, lo de las que no son de nadie, lo de las historias que dejan con la boca abierta y corazón encogido. Dicen que si esta vida fuera feliz, creeríamos que no estamos viviendo la realidad y trataríamos de despertarnos. Algo de eso debe haber en lo de asociar el sufrimiento a lo verdadero y los golpes a aprender. Que nos merecemos la película, el cuento y las aventuras de todas las mujeres que nos conforman y es un revulsivo para seguir caminando. Porque eso lo tenemos claro, el camino. No, nada a seguir. Lo de que vamos andando, juntas. Mientras, iremos dejando bocas abiertas y corazones encogidos. No sé si al final tendremos o no el "péndulo caótico", o "el guerrillero" o un "Pablo", pero si escogen este camino, y apartan piedras y allanan baches, habrá merecido la pena. Y cuando el argumento no dé para más, echamos a correr, que la velocidad despierta.

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