viernes, 25 de febrero de 2011

A la luz del Lorenzo.




A este febrero le han entrado ganas de primavera. Ha plantado camas en las terrazas para siestas improvisadas, se bebe las cervezas al raso de las no estrellas del cielo de Madrid y descorcha botellas de vino en las azoteas del pasado. Viene alterando la sangre, revolucionando los muelles de los colchones, despertando apetitos. Empieza las mañanas "como nuevo" y sale a que le de el sol en la cara tarareando canciones. Despierta optimismo y enciende rebeldía. Y, sobre todo, necesita muy poco para ponerse la sonrisa.

miércoles, 16 de febrero de 2011

La pequeña primavera de febrero.

"...- El cielo, sobre todo el cielo- le respondió aquella misma tarde, cuando se le ocurrió preguntárselo por fin y le escuchó enhebrar un argumento tras otro sin vacilar, como si hubiera dedicado cada día de los últimos treinta y siete años de su vida a memorizar en secreto aquella lección-. La luz de las mañanas de invierno, ese aire fino, tan seco que te corta la cara y te despierta por dentro. El agua del grifo, que sabe mejor aquí que el agua mineral de cualquier otra parte. La primavera de febrero, aunque siempre sea tan corta, y tan tramposa, aunque no dure nada, diez días, como mucho quince, pero esa alegría de salir a la calle a tomar el sol, sin paraguas, sin abrigo y las aceras de repente llenas de terrazas, como si el destino hubiera decidido perdonarnos el frío sin motivo...-la miró, sonrió, movió la cabeza como si ni siquera él estuviera seguro de lo que iba a decir-.
Me he acordado mucho de los febreros de Madrid, ¿sabes?..."

Cuando vuelve la lluvia ya te has acostumbrado otra vez al calor.

viernes, 4 de febrero de 2011

Las respuestas regresan a morir a sus preguntas.




Cuando alguien le pregunta
qué aprendió en esos años, siempre dice:
- Es sencillo:
la palabra distancia cambia con los kilómetros
y la palabra amor
con las heridas.


"[...]
Los abismos sin vértigo.
La luz sin quemaduras.
La pasión que es un tigre que salta un aro en llamas.
Las mentiras hermosas como camaleones
que fingen el color de la verdad.

[...]
Las sábanas que llevan a calabozos blancos.
Los triunfos que consisten en sumar dos derrotas.
La lealtad con heridas.
La paz con cuchillos.
El corazón que exige una balanza."