viernes, 15 de abril de 2011

Abriles llenos de soles.


Tenemos los vestidos al vuelo y veranos en primavera. Tenemos terrazas y espuma de cerveza. Tenemos la cabeza en las nubes y el futuro nublado. Tenemos nostalgias y esperanza, de lo que no hemos vivido, de lo que esperamos vivir. Tenemos flores moradas, rojas y amarillas y las raíces en Castilla. Tenemos los campos espigándose, el pelo revuelto y la sonrisa despeinada -de ir en contra de los vientos-. No tenemos miedo, pero nos comen los temores en futuro imperfecto. Tenemos la mirada brillante y los latidos desbocados. Nos tenemos, que, al fin y al cabo, es lo importante.



Vuelvo a casa. Allí me esperan mis tres, y mis otras tres, y todos los demás.
Y esos señores a los que cada vez echo más de menos, será que cada vez voy pensando más parecido. Que Valladolid se vista de terrazas sin licencia y Amusquillo de verde que te quiero verde, mis campos de Castilla.

1 comentario:

  1. qué grata sorpresa descubrir esa frase de Marea en tan bonito texto :)
    pues sí, hice prácticas en El Norte de Castilla hace dos veranos, una de las mejores experiencias de mi vida, ¡sin duda! veo que no estudias en Valladolid, yo accedí a las prácticas a través del COIE (es como en la UVa se organiza todo lo de las prácticas en empresa), mi consejo es que si en tu universidad no tienes acceso al medio deberías enviar tu currículum y ofrecerte para prácticas e intentar lograr un convenio (necesitan muchísima gente, seguro que puedes hacerte un hueco)
    ya me contarás :)

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