De repente las cosas cambian. Lo perfecto ahora es lo prohibido. Café y cigarro, copa en la mano izquierda y Camel en la derecha.
Smoking points o "¿salimos a fumar un cigarro?". Todo lo que empezó por unos pitillos en aquel pasillo duró muchas caladas. Nicotina contra la soledad y contra el frío del invierno. ¿Y ahora...? Qué paradoja. Casi impuestos vuelven el frío, el invierno y la soledad. Y yo no he podido ni decidir. No voy a dejar de fumar, este año no. Me da igual que me haga daño. De lo otro también me advirtieron, pero era más placentero seguir fumando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario